jueves, 22 de mayo de 2025

ARQUÍMEDES CHURQUEN (oda en homenaje)

 


ARQUÍMEDES CHURQUEN

(oda en homenaje)

Por: Nabonazar Cogollo Ayala

 

A golpes de azadón y machete en la hortaliza

Arquímedes trabaja desyerbando aquel sembrado…

Es hombre de la tierra, por su ruana resguardado

Del viento y resolana que a su tez tornan cobriza.

Las brisas madrileñas le congelan la sonrisa,

La vida del buen hombre en su transcurso sosegado

Ignora el pronto curso que el arcano ha deparado

Al tránsito inminente que el presente le improvisa.

Oráculos lejanos predijeron el destino

Que cambia el derrotero de aquel noble campesino.

 

Estaba en la labranza de sudores a millares

De pronto vio aquel hombre un helicóptero entre llamas,

que viene hacia el sembrado, como un bólido de flamas,

con cuatro tripulantes de uniformes militares. 

Se estrella la aeronave contra el suelo y sus ijares

Abolla el rudo golpe, con estrépitos y traumas;

Arquímedes se asusta, pero armándose de ramas,

Apaga en cada hombre los fatídicos flameares.

Y lleva uno a uno con esfuerzo entre sus hombros

¡Poniéndolos a salvo entre alcachofas y cohombros!

 

Tan pronto que pusiera a los soldados a la orilla

Arquímedes con pala y con esfuerzo redoblado

Procede a echarle tierra al helicóptero incendiado,

En medio del peligro de explosión de la cabrilla.

La tierra es suficiente y se apagó la navecilla,

Que humeante quedó entonces en el centro del sembrado;

El hombre satisfecho vio su esfuerzo consumado

Y marcha a dar noticia de su hazaña y maravilla.

Llegó a la Fuerza Aérea de Madrid, con buenas nuevas:

¡Salvé a cuatro pilotos entre fuego y duras pruebas!

 

     El jefe al recibirlo se emociona ante el relato:

¡En marcha! ¡Rescatemos los soldados estrellados!

Y usted, señor valiente, con sus brazos chamuscados,

¡Será condecorado como un héroe! ¡Es mi mandato!  

Expuso usted su vida sin dudarlo solo un rato,

No solo salvó a cuatro pues también los inflamados

Escombros de la nave, que apagó con sus cuidados,

¡Quitando de ese modo la explosión en su conato!

¡Saludos, caballero del valor incontrastable!

¡Colombia reconoce su valor inimitable!

 

Llegado fue aquel día que la FAC dio su medalla

Al nítido heroísmo del buen hombre madrileño;

Se vio en el viejo parque tan humilde y tan pequeño

Al tiempo que era grande, cual soldado en la batalla.

La luz del altruismo con valor que no se acalla

Brilló en su pecho altivo, por su egregio desempeño,

La historia al buen Arquímedes recuerda como un sueño

Trocado en realidades en un campo de vitualla.

Arquímedes es héroe de un Madrid que hoy evocamos,

¡Sus hechos generosos por el prójimo imitamos!

Madrid (Cundinamarca)

Septiembre 14 de 2017




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