lunes, 28 de diciembre de 2020

ANECDÓTICO MURAL (Poema)

 

Tenedor de la fotografía: Sr. Jaime Camargo (2015), barrio San Francisco. 

ANECDÓTICO MURAL

Por: Nabonazar Cogollo Ayala

 

El pincel del muralista dejó inscrito en aquel lienzo

De ladrillos pañetados sus historias por contar…

Remembranzas de otros tiempos cuyo histórico comienzo

Resucita el fiel pasado del abuelo al trasegar.

 

Transcurrían los sesentas con su lenta parsimonia

Y el Madrid de aquel entonces tan pequeño y parroquial.

Emergía entre las nieblas con rezagos de colonia,

Entre haciendas y casonas de imponencia patriarcal.

 

Ubaldina la señora cuyo rostro esplendoroso

Abanica con estilo, en la ventana se la ve…

Desde afuera la acompaña don Teófilo, el esposo,

¡Don Jejón inconfundible del ayer que se nos fue!

 

¿Y qué oculta esta pintura entre elementos retratados?

¿Cuál es el significado de las cosas que se ven?

Pues miremos con cautela y extremando los cuidados…

¡Hallaremos alusiones con su anécdota al vaivén!

 

Comencemos la lectura de la izquierda a la derecha:

Y verás a Capulina el humorista sin igual…

El artista mexicano con su ropa tan maltrecha

Era el chiste que inspiraba risotada general.

 

Capulina en San Francisco le llamaban a Camargo

Pues los dos se parecían con sombrero y mostachón.

Camarguito usaba un traje de trabajo angosto y largo

Y reía a carcajadas con su gesto bonachón.

 

Proseguimos con la lata que retrata Avena Quáker

Era el nombre que le daban entre chanza y diversión.

A la típica señora quien con canas y ademanes,

Era idéntica a la imagen de aquel blanco cachetón.

 

Enseguida unas tachuelas se las ve bien esparcidas

Y se alude a unas señoras de aquel barrio en sociedad.

Por ser bajas de estatura les gritaban a escondidas:

“Tachuelitas”… que ofendía su orgullosa dignidad.

 

En lo alto de aquel árbol bien al fondo en la ventana

Va y se aprecia un negro chulo taciturno en su actitud.

Él alude a Castañeda que en la época se ufana

De gustar entre las damas por su apuesta juventud.

 

Y debajo de aquel árbol en la escena de la vaca

Se ve un noble parroquiano bien dispuesto a trabajar.

Es Mael el que ordeñando medio balde  le sonsaca

A la res con tal pericia que no pueden igualar.

 

En la esquina de la izquierda del batiente en la ventana

Se ve altiva una paloma con mirada de expresión.

Ella alude a los “Palomos”, la familia más galana,

Que vestida va de blanco a misa, entierro y procesión.

 

Doña Uba se refresca con magnífico abanico

De carey y fina seda de española tradición.

“Los bochornos” se le dice a una familia en San Francisco

Que presume de linaje y esmerada educación.

 

Y avanzando a la derecha nos topamos un palustre

De trabajo pañetero y resanada de albañil…

Él alude a Guzmancito de plomada muy ilustre

Quien hiciera casas, techos y paredes cien y mil.  

 

La botella de cerveza en la ventana junto al quicio

Es el símbolo adecuado del vecino de ocasión…

Que le dicen don “Pochola”, Barbosita, de buen juicio,

¡Compañero cantinero de feliz celebración!

 

Sobre el borde superior de la ventana en la derecha

Va y se observa un pajarillo de menuda complexión.

“Copetón”, con él se alude a otro Camargo y se le echa,

Por canoso y esponjado con su buche de plumón.

 

Don Guarapo no se escapa de este vivo anecdotario,

Se le ve siempre presente en la totuma a reventar…

Que sostiene don Teófilo con gesto de anticuario

En su izquierda que la ofrece a quien la quiera degustar.

 

Y en el barrio San Francisco como en todo barrio viejo

Siempre había el que vendiera la cerámica también.

Rematando la pintura se ve un mollo muy parejo

Que  es el símbolo de Jaime quien los vende a tutiplén.  

 

De esta forma ya explicamos alusiones y experiencias

De retratos y dibujos del magnífico mural…

Donde un día el buen Arjady reflejara las vivencias

De aquel barrio San Francisco en su vivir tradicional.   

 

Capulinas y Tachuelas, desde Chulos hasta avenas

Con Palomos y Bochornos que alegraban el vivir…

Nos hallamos con Pocholas y Palustres que las penas

Las destierran cual recuerdos de un magnífico existir.

 

No olvidamos a Mael ni a Copetón ni a don Guarapo

Ni tampoco al que los mollos nos vendía por doquier…

¡Esta es la tierra nuestra! De su esencia yo me empapo

¡Por que el alma madrileña la sabremos defender!

 

Madrid – Cundinamarca

Mayo 13 de 2019


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