La musa de la historia en la Grecia clásica era
Clío, una de las nueve hijas de Apolo, dios de las artes y las ciencias[1].
Cuando se perpetran actos de destrucción contra testimonios de hechos o
monumentos de la historia, se habla de cliocidio,
es decir, asesinato de la musa de la
historia (en sentido figurado). O bien, destrucción de los testimonios
físicos de la historia. En nuestro municipio, Madrid (Cundinamarca), se echa de
ver cómo se vienen destruyendo monumentos y valiosos testimonios del pasado,
por cuenta de una concepción del desarrollo material que borra de un plumazo
(valga decir, de un picazo), lo que aún queda del ayer de Serrezuela. Duele en
lo profundo del alma tener que pasar revista a todos y cada uno de estos hechos
cliocidas, pero es preciso hacerlo, ya sea para llamar la atención de nuestras
juventudes madrileñas respecto de lo valioso en términos históricos que es el
Madrid tradicional.
Ya sea para que nuestra administración local se aperciba
que la historia también es significativa y que las posturas ahistóricas no solo
son miopes, sino que cercenan de tajo cualquier concepción del futuro debido a
su garrafal desarraigamiento. Se llega a
ser por haber sido. No se llega a ser, negando el haber sido. Acompañaremos la denuncia de cada hecho cliocida con el respectivo registro fotográfico que lo demuestra y
testimonia. Todas las fotografías fueron tomadas por mí, sin excepción, entre 2014, 2015 y 2016; a excepción de la imagen de la diosa Clío.
1. Destrucción de la placa en homenaje del ex presidente Rafael Reyes, en la esquina de la capilla del Instituto Zoraida Cadavid de Sierra.
1. Destrucción de la placa en homenaje del ex presidente Rafael Reyes, en la esquina de la capilla del Instituto Zoraida Cadavid de Sierra.
Según el testimonio de José Dubel Morales
González (2015), uno de los trabajadores de vieja data del Instituto Zoraida
Cadavid de Sierra, la placa de mármol gris que había ubicado en este sitio el Concejo Municipal de Madrid, en la
década del 70 (1972, ca.), fue destruida una noche a martillazos, por unos
jóvenes, al parecer bajo el influjo de sustancias o quizás borrachos. Los
pedazos de mármol fueron recogidos al día siguiente por los empleados de servicios
generales de INZOCADES[1].
La placa conmemoraba el lugar en donde otrora quedara ubicada la casa del
expresidente Rafael Reyes Prieto (1849-1921), quien gustaba mucho de venir a
pasar temporadas en el viejo Serrezuela.
2. Deterioro del busto de Pedro Fernández Madrid, situado en el parque de su nombre.
Busto
en mármol blanco del académico colegial rosarista PEDRO FERNÁNDEZ MADRID (1817,
La Habana, Cuba.-1875, Serrezuela, Estado Soberano de Cundinamarca, Estados
Unidos de Colombia). Hijo del patriota cartagenero José Fernández Madrid. El
busto exhibe secuelas del vandalismo. Presenta graves daños en la nariz y en
las orejas. Lo recubre una capa de pintura blanca, para disimular la pintura
que ha manchado el mármol blanco original. Recientemente (2016) volvió a ser objeto de ataques vandálicos y un grupo de ciudadanos madrileños se
aprestó a limpiarlo y volverlo a pintar. No obstante el busto se mantiene en
ruinas.
3. Reciente desaparición de la placa conmemorativa sobre la construcción del ducto vial Facatativá - Fontibón, de 1982.
3. Reciente desaparición de la placa conmemorativa sobre la construcción del ducto vial Facatativá - Fontibón, de 1982.
Placa en granito amarillo, ubicada en la margen
derecha de la carretera Bogotá – Medellín, durante el gobierno de Julio César
Turbay Ayala. Era ministro de Obras Públicas el ingeniero Enrique Vargas
Ramírez. Una de las primeras obras de infraestructura de la nueva
administración del alcalde local Orlando Cardona Rojas, fue el proceso de
adecuación de la bahía vial en el antiguo Parque
del Reloj. La obra fue entregada recientemente a la ciudadanía, solo que se
echan de ver dos sensibles desapariciones. Una de ellas la de la vieja placa de
1982, que este año contaría 32 años de existencia. La otra desaparición fue el
antiguo nicho del reloj, del cual trataremos más adelante. Otra placa análoga
existe en la vecina Facatativá, esa sí se conserva en óptimo estado. Su gemela
madrileña desapareció.
4. Desaparición de una las placas de bronce situadas en el
frente de la Casa de Gobierno de
Madrid – Cundinamarca.
Aquí hubo una antigua placa de bronce, que
rezaba TESORERÍA, en el frente de la Casa
de Gobierno, desapareció también una noche de vándalos desbordados en el
centro histórico y arquitectónico de Madrid, hacia el año 2008.
5. Ostensible deterioro de la antigua estación del tren de
Madrid. Hasta hace poco sede de la Casa
de la Cultura.
Se echa de ver cómo el techo de la antigua Casa de la Cultura de Madrid ahora
presenta profusión de plantas parásitas. Curioso tratándose del más importante
monumento nacional que existe actualmente en el municipio.
6. Desaparición del nicho
que alojaba el antiguo reloj en el otrora Parque
del Reloj.
Este viejo nicho con forma de reloj cuco o de
palomar, albergó en épocas pretéritas, unos 40 años atrás quizás, uno de los
primeros relojes públicos que hubo en el Madrid de antaño. Los madrileños de
vieja data lo recuerdan con cariño y llegaron a denominar el parque en
cuestión, Parque del Reloj. Hoy en
día ya no existe tampoco.
7. Destrucción parcial del marco de entrada a la
antigua Hacienda Casablanca.
Esta es una verdadera y sensible pérdida. Este
viejo pórtico hecho de ladrillos recubiertos con piedra Bogotá databa de la
época en que la Hacienda Casablanca
fuera adquirida por el escritor y poeta neogranadino José María Vergara y
Vergara (1831-1872). El otrora imponente pórtico fue construido siguiendo los
lineamientos de la arquitectura republicana de mediados del siglo XIX en la
Nueva Granada. Lentamente ha venido siendo destruido, lo que queda de él ya es
muy poco.
8. Visible estado de deterioro de algunas de las casas
emblemáticas del marco del Parque Pedro
Fernández Madrid.
La antigua casona esquinera, en el Parque Pedro Fernández
Madrid, que albergara durante varias décadas el ya desaparecido Liceo Fernández Madrid y el internado
homónimo, ambos propiedades del profesor Manuel J. Méndez. Es una casa
centenaria llena de leyendas y cuentos de espanto. Se refiere que en su
interior aparece una luz esférica en el patio, en noches sin luna llena. Hoy en
día el bien inmueble se evidencia abandonado como se puede apreciar.
9. Visible estado de abandono y deterioro de la estatua del indígena muisca de La Herrera, ubicada en la Plaza La Serrezuela.
9. Visible estado de abandono y deterioro de la estatua del indígena muisca de La Herrera, ubicada en la Plaza La Serrezuela.
Esta bella estatua fue obra de un maestro de
Funza (Cundinamarca) y estrenada en el año 2003. A pocos días de haberse
estrenado, le cercenaron el báculo de piedra a la estatua. Posteriormente le
partieron la mano derecha. Hoy, trece años después, luce en estado lamentable según se puede
apreciar. Honra a los indígenas muiscas de la laguna La Herrera, cuya cultura fue proverbial en los territorios de Madrid,
Mosquera y parte de Funza en tiempos precolombinos.
10. Desaparición del busto del expresidente liberal Alfonso
López Pumarejo.
Cuando la administración de Juan Carlos Coy
Carrasco inauguró la Plaza La Serrezuela,
en 2003, se quitó de su pedestal la copia en bronce del busto del ex presidente
liberal Alfonso López Pumarejo, que había adornado ese parque desde principios
del siglo XX. Valga decir que dicha obra era réplica del original, creado por el
maestro Rodrigo Arenas Betancur (1919-1995), que se halla en el Instituto Caro
y Cuervo de Bogotá. Se reubicó el busto en este pedestal a orillas del rio
Subachoque. Pocos días estuvo ahí la obra, los amigos de lo ajeno lo arrancaron
y no se ha vuelto a saber del valioso busto. En su lugar se puso posteriormente
una escultura en piedra como se aprecia hoy en día. ¿Por qué el parque había llevado tal nombre?
Porque Alfonso López Pumarejo había vivido unos meses durante su niñez en una
de las casas del marco del parque Pedro Fernández Madrid. Así lo dispusieron
sus padres Pedro Aquilino López y Rosario Pumarejo de López, quienes venían migrantes
de su natal Honda (Tolima), camino a Bogotá.
11. Destrucción y profanación de varias lápidas y tumbas en el viejo
cementerio de Madrid.
El antiguo cementerio de Madrid
era célebre en sabana occidente por la hermosura de sus lápidas y tumbas. Desafortunadamente
hacía el año 2000 llegaron al municipio grupos satánicos procedentes de otras
partes de Colombia. Los vecinos de los barrios adyacentes, San Francisco y
Hermandades, refieren que una noche, cercana la media noche, varios muchachos alicorados
saltaron la tapia del cementerio y armados de machetes y picas, acometieron
actos de salvaje destrucción de las preciosas lápidas de piedra, muchas de las
cuales databan de los siglos XVII y XVIII en adelante. La destrucción fue
irreversible. Hoy en día yacen tirados en el suelo trozos del mármol y la
piedra, productos de aquellos vandálicos hechos. Por esa razón el párroco de
San Francisco de Paula, cada 31 de octubre pide la ayuda de la fuerza policial
local para que tales hechos no se repitan.
12. Desaparición de la placa de bronce en homenaje de doña
Zoraida Cadavid de Sierra.
En el año 1945 la Institución Zoraida Cadavid de
Sierra determinó trasladar su obra social, desde la plaza España, en Bogotá, al
vecino municipio de Madrid – Cundinamarca. Para el efecto doña María Sierra,
hija de la fundadora y benefactora de la obra, doña Zoraida, adquirió la
antigua casa esquinera que había sido propiedad del ex presidente de la
república, Gral. Rafael Reyes. La vieja casa republicana al paso de los años
fue demolida y en su lugar se levantó la capilla de la entidad educativa. La
institución Zoraida Cadavid de Sierra ubicó frente al nuevo edificio una
valiosa placa de bronce que rezaba así: En
esta casa se venera el recuerdo de la señora Zoraida Cadavid de Sierra, insigne
fundadora y benefactora de la obra. La valiosa placa broncínea fue hurtada
también, hacia 2008. Desde entonces el lugar donde estaba se halla enrejado,
pero la placa no ha sido reemplazada hasta la fecha.
13. Destrucción lenta y gradual de la vieja casona de la estancia El Portal, a la entrada del viejo Serrezuela por la vía que viene de la hacienda vieja de las Bojacá y del camino de Barroblanco.
13. Destrucción lenta y gradual de la vieja casona de la estancia El Portal, a la entrada del viejo Serrezuela por la vía que viene de la hacienda vieja de las Bojacá y del camino de Barroblanco.
En
el Serrezuela de comienzos de siglo, los viandantes que venían a pie, a lomos
de caballo o de mula, por el viejo camino de la hacienda de las Bojacá y de la lejana vereda de Barroblanco, hacia
el casco urbano; hallaban esta vieja casa (que entonces era parte de un fundo
agrario). En ella pernoctaban, comían, bebían chicha y proseguían su viaje hasta el casco urbano de
Madrid, que entonces se limitaba casi que al marco del parque Pedro
Fernández. Incrustado en uno de los muros exteriores de la vieja casa se veía
un cuadro de la virgen, que al paso de las décadas del siglo XX, acabó por
darle nombre al nuevo barrio que se formó en derredor: La virgen. La vieja casona ha venido siendo destruida y lo que
queda de ella ya es muy poco. También está rodeada por la leyenda de que
posiblemente guarda una guaca en su interior.
CONCLUSIONES: El amable lector se dirá… ¡Eso también pasa en otros
lugares de Colombia y del mundo! Es cierto, el punto central es que en Madrid –Cundinamarca
el desapego hacia la historia nunca se había sentido tanto cómo en las 4 últimas
décadas. Malo que suceda lo malo: los hechos cliocidas en este caso. Pero más y
malo y preocupante aún que los que nos decimos buenos no hagamos nada y la
indiferencia sea la impronta entre buena parte de los madrileños. Algo hemos de hacer al
respecto, tanto profesores e investigadores como padres de familia, entidades educativas y alcaldía
municipal. Hemos de sensibilizar a nuestros jóvenes sobre los enormes valores históricos,
culturales y espirituales del municipio. Hemos también de rescatar lo que queda
de nuestro patrimonio arquitectónico, cultural y espiritual –que no es poco-.
El gran ganador será a la larga el municipio, porque volverá a elevar la
autoestima de ser y llamarse madrileños entre los lugareños. Y Madrid dejará de
ser un eje centrifugador de jóvenes que migran hacia Bogotá y otros grandes
centros urbanos del país, para convertirse en un verdadero polo de desarrollo y progreso en todos los órdenes. La grandeza del Serrezuela de antaño debe resurgir
hoy y siempre.
|
[1]
Instituto Zoraida Cadavid de Sierra.
[1] CARDONA,
Francesc L. Mitología griega. Eds. Edicomunicación.
Barcelona (España), 1996. Passim